Reseña | Dororo – Capítulo 9 - YameteKudasai

Reseña | Dororo – Capítulo 9

 CAPÍTULO 9 “LA HISTORIA DEL
DESPIADADO”
La valentía, eso que observaremos en cada escena, aprenderemos de ella gracias
a Dororo, conoceremos ese pasado que entristece al desconocido y alegra al
enemigo. Sentiremos pena por nuestra historia y la que aún se escribe, pues los
siglos no han hecho ningún cambio. Los secretos se revelan y ahora el foco estará
puesto sobre Hyakkimaru y sus consanguíneos.
OPINIÓN CAPÍTULO 9
 En esta ocasión destacare la valentía, aquella que pocos tienen, aquella que
debería presumirse por sí sola, aquella que baña a quienes hacen la diferencia
por ellos y por el resto y sobre todo, destaquemos la valentía de los más
pequeños, quienes enfrentan al mundo como si fueran gigantes… el gigante de
esta ocasión, será nuestro Dororo. En ciertas circunstancias de afán,
preocupación y hasta desasosiego, nuestra mayor petición es la aparición de una
gentil ayuda y una pronta solución, pero si la comunicación nos corta ese auxilio
y sumado a ello nos da la espalda la indolencia de nuestros semejantes, el
sentimiento se transforma en una total soledad apática, resultado de entender
cuan cruel es aquel que dice ser dueño de esta tierra, el hombre
 Pero no seré tan dramática en esta ocasión… por lo menos intentare no hacerlo
en este párrafo, pues el estigmatizar a la raza humana por un porcentaje de
aquellos que hacen ver este mundo, como un nido de alimañas carnívoras que
rodean una indefensa presa, es debilitar y menospreciar a quienes sacan a
aquella gentil criatura de un cruel destino, como dirían en mi país, son aquellos
titanes que hacen el bien sin pensar en sí. Uno de esos titanes, es la mujer que
ayudara a Hyakkimaru en su preocupación por un decaído y algo enfermo
Dororo.
 Ser francos ante nuestros temores, no es sinónimo de debilidad, es solo una
muestra de cuan valiente se es, de cuanto nuestro interior ha soportado y como
hemos logrado vivir de la mano de aquello que nos aterra, pero que nunca ha
tenido la suciente fuerza como para dejarnos abatidos, débiles y lamentables.
Por ello resaltamos a Dororo, ese pequeño que en cada capítulo nos inspira
respeto, nos deja una lección y un impulso palpitante de ser frenteros, verracos y
valientes, muy echados para adelante. Él perdió a sus padres a una corta y muy
temprana edad, ha sobrevivido día con día en aquella época tan cruel (igual que
esta), ha defendido a quienes aprecia y luchado por lo que cree correcto, pero
sobre todo, ha sabido vivir con el dolor y la perdida, sin caer en la desolación
 Un objeto puede ser el precursor de miles de recuerdos, algunos amargos, otros
tiernos y en la mayoría de los casos, nos trae una mezcla de todo ello. El
Manjushage o Lirio araña rojo signica “Nunca volver a reunirse, memoria
perdida o abandono”, una or hermosa y muy extraña en su forma, una or que
genera tristes recuerdos de buenos seres que acompañaron la vida de Dororo,
sus padres. Pero no solo es quien te da la vida, sino aquellos que te acompañan
en esta y ver que Dororo estuvo acompañado de quienes luchaban por un n
(Quizás justo, sin justicar la anarquía), donde la valentía prevalecía, donde la
cuna de valores eran quizás razonables, al igual que sus enseñanzas para
enfrentar la vida, que quizás trayéndolos al presentes bajo otros métodos y en un
mejor contexto, darían resultados positivos
 Como buena razón de ser, las hazañas del padre de Dororo y sus seguidores,
tenían una justa motivación y una prioridad que perseguir, hacer justicia en esas
tierras y acabar con quienes arrebataban bienes y vidas bajo yugo de la
corrupción. Esos héroes despojados de su respetada armadura, eran los Rōnin,
un grupo de Samuráis sin Shōgun, que acompañados de campesinos
hambrientos, deseosos de libertad y paz, se armaban de valentía para luchar,
aun si la muerte era el precio de ese ideal. Estos héroes eran los Hibukuru,
quienes solo luchaban contra samuráis corruptos. Algunos, como en toda
organización, terminaban apañando los buenos actos e ideología con las cuales
iniciaron y bajo la codicia, terminaban haciendo más daño
 En medio de un ataque o bajo la denominación correcta, una emboscada
traicionera, el padre de Dororo gracias a un grito de preocupación y protección
familiar, nos revela el nombre de la madre de Dororo, Ojiya. La aria traicionera y
causante de la baja del clan Hibukuru mue Itachi, un hombre que pudo ser la
mano derecha del padre de Dororo. La miseria, la desesperación, la caída de un
hombre que podía moverse con total agilidad y libertad, son el presente y
pasado de alguien que junto a su familia, pierden la fuerzas, pero no el impulso
de sobrevivir. Cuando el hambre, la debilidad y la escasez se notan en el rostro,
pero tus pasos siguen rmes, es porque la voluntad de vivir sigue en pie,
ignorando todo aquello que acongoja tu interior. Así fue como murió el padre de
Dororo, defendiendo su ideal ya su familia hasta última instancia, hasta su
último suspiro… pero dejándolos totalmente solos en este vástago mundo.
 El pasado del Dororo es duro, es frió y triste, pues él y su madre vivieron en la
calle, sobreviviendo de lo poco que pueden obtener gratis de la tierra y de las
escasas fuerzas que quedan después de una perdida que solo señala un difícil
camino por seguir. Y como les dije en un inicio, aquí resaltaremos la valentía, esa
que una madre obtiene al quedarse sola con un hijo, esa que te permite seguir
adelante sin caer en obscuros andares, esa que te hace sufrir grabes heridas sin
 Verdades se han revelado, algunas ya eran conocidas u obvias, otras fueron
sorpresa, pero entre el cielo y la fría tierra, no hay nada oculto, así pues la verdad
sobre el sexo de Dororo se revelo, despertando la curiosidad de Hyakkimaru,
quien sin ver, de una u otra forma siente algo de restricción, quizás pena y tal vez
un poco de culpa, acompañada de una futura sobreprotección. Mientras que
aquel hombre llamado Daigo, el que condeno a su propio hijo y le dio una vida
difícil, pero en el mejor de los sentidos, se ha enterado que quizás aquel niño
que dio por muerto a falta de todo aquello que da vida, puede que esté vivo.
Despertando así en él, la sospecha de la causa y n de sus pactos egoístas.
Espero les haya gustado esta reseña, aquí les dejo el link del capítulo anterior y
sin más nos vemos en la próximo historia de Dororo.

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